UNA HISTORIA DE DICIEMBRE



Si te fijas cada uno intenta ser un Superhéroe a su manera, como aquel mimo que condensa el aire frío en sus manos y crea una burbuja de calor, regala sonrisas a los niños que pasan por su lado, y son estirados con fuerza de la mano por sus padres y sus prisas que desfiguran lo más importante, con una rosa azul entre los dientes termina la función, empaqueta los trastos, y se dirige al banco de la plaza mayor, a espiarla mientras se quita el maquillaje, ella como cada diciembre está en su puestecito de navidad, vende productos artesanales y cerveza con miel, por las noches él se imagina que ella se convierte en una bailarina igual que esa que había en la caja de música que le regalaron sus padres.

Quisiera abrir en dos el interrogante que hay detrás de esos ojos claros, pero no puede ponerle palabras a lo que solo sabe expresar con mímica, por eso mientras creía estar esperándote ruido innecesario, gritos exagerados y atropellos a la expresión artística, alguien conjuro al humo negro y vinieron sus guardianes con porras, trajes oscuros y placas oficiales, llevándose al mimo y su improvisación, nadie entendió que lo que hacía era para llamar la atención de ella, no quiso ni robar ni hacer mal a nadie, nadie fue capaz de entender la configuración del amor en aquellos gestos, y no hay nada más triste que un mimo con lagrimas en los ojos, cuando ella creyó comprenderlo quizás era ya demasiado tarde para ir detrás de él y averiguar qué hay detrás de aquel rostro con pintura blanca.       

Un año después, tal vez nadie lo vea, no se dé cuenta de la percepción de los pequeños detalles, pero el mundo este diciembre seguramente haya tomado un rumbo mejor, aunque no sé cómo explicarlo, es sencillo, la siguiente función a dúo que se está representando en la plaza mayor lo dice todo, el mimo y la bailarina sacada de una caja de música, por eso no te pido que intentes entender porque me he parado a observarlos, y les he dejado una rosa azul en vez de dinero, cuando me preguntas que quieres que hagamos, tan solo se decirte, por ahora déjame que te regale el sol de diciembre, luego ya veremos...

Saludos y gracias 


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