Gateabas por la colcha caída, y te acercabas muy lentamente, no había ningún tipo de prisa, llegabas hasta la otra orilla de la cama, y trepabas por ella, hasta que tu cuerpo desnudo se acurrucaba junto al mío, y me despertabas recordándome que había una época no muy lejana que creíamos en la revolución.
Que hoy si queremos puede ser un día de esos, a pesar de que hace tiempo que dejamos de sostener banderas, salgamos a la calle y aunque nos encontremos tan lejos de casa, la maldita macroeconomía y las mentiras de los políticos nos obligaron al destierro, me sigo dando cuenta que el vestido morado junto a algo rojo y amarillo te sigue sentando igual de bien.
Y me dices hoy es un atardecer perfecto, para ir en busca de violetas, que luego lucirán en el alféizar, y hacer nuestra pequeña revolución, con no permitir que nos arrastre el tedio y la tristeza que se instalo en la tinta que escribe con grandes letras lo que ocurre en estos tiempos, ya hemos dado un paso de gigante.
Después de ver tan de cerca la horrible estela que deja el hambre y las eternas vueltas que da la violencia, llegamos a casa, nos descalzamos para pisar sobre seguro, y mientras el atardecer de violetas se pierde por el agujero donde se escapan las mejores cosas, me pides que cierre los ojos que tienes una sorpresa entre tus manos, me regalas un elefante de cristal y te prometo que este no permitiremos que lo cacen, que lo hagan añicos.
Saludos y gracias
Que hoy si queremos puede ser un día de esos, a pesar de que hace tiempo que dejamos de sostener banderas, salgamos a la calle y aunque nos encontremos tan lejos de casa, la maldita macroeconomía y las mentiras de los políticos nos obligaron al destierro, me sigo dando cuenta que el vestido morado junto a algo rojo y amarillo te sigue sentando igual de bien.
Y me dices hoy es un atardecer perfecto, para ir en busca de violetas, que luego lucirán en el alféizar, y hacer nuestra pequeña revolución, con no permitir que nos arrastre el tedio y la tristeza que se instalo en la tinta que escribe con grandes letras lo que ocurre en estos tiempos, ya hemos dado un paso de gigante.
Después de ver tan de cerca la horrible estela que deja el hambre y las eternas vueltas que da la violencia, llegamos a casa, nos descalzamos para pisar sobre seguro, y mientras el atardecer de violetas se pierde por el agujero donde se escapan las mejores cosas, me pides que cierre los ojos que tienes una sorpresa entre tus manos, me regalas un elefante de cristal y te prometo que este no permitiremos que lo cacen, que lo hagan añicos.
Saludos y gracias
LA SEMILLA
ResponderEliminarEn esta piedra quedan vuestras huellas,
como espejos de las generaciones venideras,
como constelaciones del firmamento de las cosas bellas.
Altas e inaccesibles las estrellas
darán luz a los hombres y naciones
que soñarán con las revoluciones
y cantarán las nuevas epopeyas.
En esta piedra quedan vuestros nombres
grabados para ejemplo de los hombres
que lleguen con la aurora del mañana.
Sabed que vuestra muerte no fue en vano:
Cuando acaben los sueños del tirano,
España será al fin republicana.
Gracias por los versos:)
EliminarUn abrazo
No son míos, los encontré navegando.
ResponderEliminarNueva imagen. Me gusta ☺
Un abrazo.