LUNES DIFERENTES

Acostumbrado a escuchar que todos los lunes son iguales, el inicio de la monotonía indigesta, la poca alteración de la realidad, tropiezo con los restos de una novela que nos declara una alternativa, un guion diferente a esta gran osadía, superhéroes que nos recuerdan lo que nos gustaría ser, miedo escénico, eso, eso debió de quedar ya más que superado. Tostadas que caen por el lado de la mantequilla, y el cuchillo de untarla se ha desintegrado, busquemos juntos el último poso que queda del zumo de naranja, y si no te importa brinda conmigo para que crea qué él se fue con un hasta luego y no un adiós.

Por eso te digo que cuando encuentres mis ojos esta mañana, no podrás ver lo mismo que otros lunes, hay un síntoma de cansancio, de acumular despedidas, de ver como la gente que más me importa se marcha a otras coordenadas, mientras yo todavía continuo aquí, a veces sin tener la certeza exacta de lo que me retiene en esta ciudad, y ahora le toco a él marcharse, y aunque los planos virtuales dicen que rompen las barreras de las distancias, nos perdemos la mejor parte, porque lo que a veces nos hace grande, es la presencia de las personas que más anhelamos a nuestro lado. El desgastar el tiempo entre batallas que en ocasiones se clavan como puñales, y en otros instantes mejores nos recuerdan que inmenso es este viaje, y existan esos breves momentos inmortales en los cuales nos sintamos tan cerca de esa gran victoria, la que nos sienta tan bien.

Porque sería igual que mentirme el intentar repetirme que sin él a mi lado, todo resultará igual de fácil, simplemente no puede ser así, porque ya se le extraña, los días que juntos nos burlábamos de las grandes sátiras que produce este siglo imperfecto, y arreglábamos nuestro mundo de la manera que mejor nos hiciera continuar hacia adelante, porque si algo aprendimos estando juntos, es que jamás, jamás hay que rendirse. Ese mano a mano continuo, y el descubrir que junto a él era posible descodificar cualquier acertijo incierto, hasta alcanzar ese punto, la equis de la gran ecuación, sé que podía confiar en él porque él sabía que podía confiar en mí.

Se fue por la mejor razón de todas las posibles, por la misma que si hiciera falta sería una excusa perfecta para atravesar cualquier eje de este gran plano, por ella, y desde el principio supo que si había alguien que le entendía perfectamente era yo, porque en cierta manera tú lo tendrías que haber aprendido igual que él ya lo entendió hace mucho tiempo, todas estas líneas, todas estas historias, de algún modo están inventadas porque te necesito a mí lado, aunque quizás todavía no existas o no te hayas dado cuenta.

P.D: Que esta despedida sea un hasta luego, un paréntesis, hasta que más pronto que tarde se vuelvan a cruzar nuestros caminos. Cuídate mucho y un abrazo enorme. Te echare de menos.

Saludos y gracias

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