Me conoces, y por eso quizás me dices lo que no quiero oír, es necesario, ya lo sé, creo que hoy me disfrazaré de bufón, has visto cuanto éxito tienen. Todavía no ha nevado, pero hace frío, cada vez me gusta menos, al principio, hace tres años tenía hasta su encanto, su lado vertiginoso, ese que se deja caer por las fachadas para que nos columpiemos en su melancolía quebradiza. Eran otros tiempos, este yo no existía, los escenarios, las palabras que oímos y descubrimos por el camino, nos cambian, las derrotas de otros, las propias, las despedidas de aquello que esperamos que el olvido no arrastre hasta su cobijo. Allí sí que hace verdaderamente frío, es terrible. Y cuando anochece sueño con la Antártida, no sé qué relación tendrá con todo últimamente.
Volviendo al principio, lo sé esta vez no es recomendable esquivarlo, me vuelves a decir lo que a veces no queremos escuchar, y es que no nos enseñaron a domesticarnos, a tantas cosas no lo hicieron.... Quizás a lo único, pero de otra forma, a lo mismo que enseñan ahora en los colegios que los mercados son los dueños de nuestro futuro, tanta crudeza ennegrece cualquier atisbo de respirar algo limpio, donde quedo el impulso de la razón, todo son coartadas, siempre lo mismo, solo que cada vez utilizan un envoltorio diferente, y dejar arrastrarnos por esto es tan horrorosamente terrible como auto castigarnos por nuestros errores, no porque a veces hagamos cosas malas significa que seamos malas personas. ¡Has visto cuanto nos queda por aprender! Quizás no quieren que lo veamos, pero no permitamos que nos hipotequen el futuro, sabíamos que pasaría, estaba escrito igual que una fatalidad, que el nuevo hombre del saco les pertenecería a ellos, a ese azul manchado de alquitrán, también que no nos pondrán las cosas fáciles, de hecho cuando lo fueron.... Ya, claro, cuando acompañábamos a Peter Pan en sus aventuras del país del Nunca Jamás, pero hasta él se hace mayor. No te dejes llevar por la inoperancia del resentimiento, entrar en ese bucle estúpido que si hubieran sido los otros el horizonte no pintaría tan apocalíptico, eso es no querer aceptar lo que realmente pasa, ni la solución es salir corriendo, el problema es global no local, además, ya lo sabes, no te dejes condicionar por estos terribles canticos de sirenas, el mañana está allí, donde tú quieras, quizás a su lado, por qué no, siempre es más fácil cuando te sientes acompañado, búscala, encuentra tu mañana, eso nunca te lo robaran, hay algo tuyo, nuestro, que solo le pertenece a cada uno, por más que nos lo intenten asesinar, y no lo olvides, si nos caemos es para aprender a levantarnos.
Debajo de esos dos hielos encerrados en un vaso, esta la Antártida, quizás ahora empieces a entenderlo todo, rellánalo de algo, que se desquebrajen los hielos como la punta de un Iceberg, bebámonos el mundo a nuestra manera, fue bueno oírlo, no quería, pero me hizo más fuerte.
Volviendo al principio, lo sé esta vez no es recomendable esquivarlo, me vuelves a decir lo que a veces no queremos escuchar, y es que no nos enseñaron a domesticarnos, a tantas cosas no lo hicieron.... Quizás a lo único, pero de otra forma, a lo mismo que enseñan ahora en los colegios que los mercados son los dueños de nuestro futuro, tanta crudeza ennegrece cualquier atisbo de respirar algo limpio, donde quedo el impulso de la razón, todo son coartadas, siempre lo mismo, solo que cada vez utilizan un envoltorio diferente, y dejar arrastrarnos por esto es tan horrorosamente terrible como auto castigarnos por nuestros errores, no porque a veces hagamos cosas malas significa que seamos malas personas. ¡Has visto cuanto nos queda por aprender! Quizás no quieren que lo veamos, pero no permitamos que nos hipotequen el futuro, sabíamos que pasaría, estaba escrito igual que una fatalidad, que el nuevo hombre del saco les pertenecería a ellos, a ese azul manchado de alquitrán, también que no nos pondrán las cosas fáciles, de hecho cuando lo fueron.... Ya, claro, cuando acompañábamos a Peter Pan en sus aventuras del país del Nunca Jamás, pero hasta él se hace mayor. No te dejes llevar por la inoperancia del resentimiento, entrar en ese bucle estúpido que si hubieran sido los otros el horizonte no pintaría tan apocalíptico, eso es no querer aceptar lo que realmente pasa, ni la solución es salir corriendo, el problema es global no local, además, ya lo sabes, no te dejes condicionar por estos terribles canticos de sirenas, el mañana está allí, donde tú quieras, quizás a su lado, por qué no, siempre es más fácil cuando te sientes acompañado, búscala, encuentra tu mañana, eso nunca te lo robaran, hay algo tuyo, nuestro, que solo le pertenece a cada uno, por más que nos lo intenten asesinar, y no lo olvides, si nos caemos es para aprender a levantarnos.
Debajo de esos dos hielos encerrados en un vaso, esta la Antártida, quizás ahora empieces a entenderlo todo, rellánalo de algo, que se desquebrajen los hielos como la punta de un Iceberg, bebámonos el mundo a nuestra manera, fue bueno oírlo, no quería, pero me hizo más fuerte.
Saludos y gracias
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