DESDE MI SALA DE ESTAR

Se esfuma entre los dedos otro tiempo, otro que pudo haber sido si, otras condiciones improbables e imposibles. El ventilador reparte aire por la sala, hace calor dice el telediario, el termómetro, la camisa empapada, el que todas lleven falda o vestido, y en los hombres asomen las uñas recortadas de los pies en sandalias de usos diarios.

Ahora anochece sin ti, y yo no he podido hacer nada para evitarlo, la vida, y sus palos de ciego, la culpa esos malditos contratos laborales que estriñen el alma, que nos revientan la vida, que no nos dejan hacer, que nos quitan derechos, los pocos que teníamos, ya ni vacaciones, ¿Qué es eso....? Casi suena a utopía, y da las gracias que al menos tenemos un techo para compartir las miserias de la vida, mientras damos la vuelta a la tortilla, jugando al escondite bajo las sabanas, o averiguando a hacer futomaki con un arroz muy empastrado. Quizás algún día de estos un personaje de Murakami atraviese la sala de estar que no tengo pero que me imagino todos los días y se siente a tomar un té conmigo, o contigo, quizás entenderíamos más de lo que entendemos. Porque a mí cada día se me escapan más cosas de mi cabeza...

Se apaga el cigarrillo, no tenía que haber vuelto lo sé, malditos vicios del Demonio, pero quizás volví porque era una forma de aceptar que existe el infierno nos guste o no nos guste. ¡Qué fácil resulta justificar nuestros pecados! Y ahora aprender a esperarte, y por qué no aprender a descubrirte a orillas de una playa paradisiaca, o cerca de la Torre Eiffel, o del Coliseo Romano, o a orillas del Danubio, o simplemente en un lago a escasos kilómetros de esta ciudad que será en el futuro representante de la cultura europea, mucho después de que los Mayas predijeran el final del mundo.

Sabes yo cogeré un vuelo con un destino concreto pero con la sensación que a ninguna parte, para que se me pase más rápido esta espera. Siempre esperando a que llegue alguien y nos pregunte qué es lo que realmente quieres hacer, que te ayudo, que te lo pongo fácil, y ese alguien no llega, pero llegan otras preguntas, otras interrogaciones, que lanza como flechas la vida, y que aprendes a esquivarlas o te empalan para siempre y te deja con pocas alternativas, y de eso saben mucho ahora los que inundan las plazas, los que han acabado hartos de esta farsa, los que hay que escuchar y tienen que ser escuchados.

Pero también saben de eso los de Krypton, o mejor dicho supieron, ahora desapareció, como tantas otras cosas... Porque yo pienso en esas cosas en mi sala de estar, esa que no tengo, y me imagino todos los días, ¿Qué hubiera pasado si no hubiera desaparecido Krypton? ¿Qué sería de Superman, hubiera existido? Porque existir existe, en alguna coordenada de este planeta, de este Universo, aunque ya no pueda volar, porque se le olvido, porque a veces se nos olvidan nuestras virtudes, nuestros poderes, lo que hace que vuelvan esas pequeñas cosas que hacen que el día a día resulte maravilloso, en mi caso lo sé, cuando pase esta espera, y te vuelva a estrechar entre mis brazos, recuperare parte de las alas que me cortaron, la otra parte la tengo que encontrar detrás del espejo, quizás entonces te pueda enseñar de verdad esa sala de estar que imagino que tengo pero que en realidad no tengo. Te echare de menos.

Saludos y gracias

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