Otra vez la dictadura de las bombas oscurece a este mundo cruel por momentos, y estremece las almas de aquellos que siempre imaginábamos un final diferente a esa película que es la vida.
Ahora es Libia, ayer fue Vietnam, Bosnia, Afganistán e Irak. Mañana busca detrás de la oscura profecía que esconde el petróleo y encontrarás la respuesta.
Me preguntas que porque me afecta tanto si no podemos hacer nada por cambiarlo. Y lo que tú no sabes es que en tu pregunta anda la respuesta, es eso la impotencia, la impotencia de sentir que todo a veces está perdido.
Como nosotros te digo.... mientras otro Whisky más entra directo en mis venas, y me quema por dentro.
Dices que no entiendes nada cuando he bebido de más, y yo te digo que mira a las calles, y sabrás a lo que me refiero. Mira las calles vacías, sin alma. ¿Dónde está la respuesta a está injusticia? ¿Dónde está la gente pidiendo un mundo justo y lleno de paz?
Y mañana todavía será más gris el día, porque las muertes se acumularan, y las resacas ahora que duelen más que nunca. Meterán el dedo en la llaga y hurgarán en mi herida, allí muy dentro donde más duele.
Quizás ahora entiendas cuando entre dientes, cuando después de haberte hecho el amor, te hablo de huir a otro lugar, que esta ciudad se nos ha quedado pequeña, nos está engullendo, tengo la sensación que aquí cada vez es más difícil encontrar respuestas a esos escasos sueños que todavía nos quedan.
El problema es que todavía no sé como pedirte que vengas conmigo. Que entonces todo lo que pueda estar perdido lo dejaremos de lado y encontraremos nuestro camino, juntos, agarrados de la mano, tú y yo, a veces creo que al mundo no le queda más sentido que el que le queramos dar tú y yo.
Porque esta partida de Risk que nos han impuesto los que bailan la danza de la muerte, me parece estúpida, macabra, un sin sentido más, otra mentira más. ¿Qué final nos espera mientras les dejemos jugar a repartirse el mundo sin importarles los que estamos dentro del tablero, los que queremos sentirnos más que unas simples fichas de plástico?
Quizás ahora me entiendas cuando te digo que todo está perdido, no en nosotros, sino en todos nosotros. Contratos temporales, o contratos que directamente te roban la vida, gente ingresando las colas del INEM, sueldos irrisorios y el derecho a una vivienda digna, a un trabajo en condiciones se nos van como otros tantos, y a todo esto lo etiquetaron como democracia. Por eso cada vez más a menudo maldigo esta maldita democracia.
Mientras el desencanto aumenta, el otro día me vino alguien más joven que yo y me pidió consejo, estaba lleno de ira, a punto de explotar, yo le calme con una cerveza de más y luego nos pusimos a hablar.
Me dijo que ya no podía creer en lo que nos habían contado, en encontrar un trabajo, una chica guapa, tener unos buenos mozos o mozas a ser posible y a luchar desde ahí, desde ese lugar donde nos encontramos la mayoría contra el día a día.
Que ya no creía en esa forma de vida, que no le veía sentido. Que tenía ganas de incendiar el banco de la esquina, quemar el coche del último jefe que tuvo o destrozar algo para sacar toda esa rabia que llevaba dentro. Porque me decía este mundo nos ha condenado, y cansa intentar ser feliz cuando enciendes la televisión y te encuentras con el telediario.
Yo no supe que decirle, me levante, pague todas las rondas, le invite a un cigarrillo. Le puse mi mano sobre su hombro y le desee suerte. Era lo único que podía hacer.
Por eso una vez más he acabado recogido entre tus brazos, por eso te lloro aunque tú no lo veas, lo mal que me siento cuando observo lo que le sucede a este mundo, y recuerdo a Mafalda, y más que nunca empatizo con ella. ¿Te acuerdas de nuestro sueño de ir a visitar algún día Tokio? Espero que no mude como otros al país de los imposibles.
Sé, sé que hay que intentar ser feliz, y ahora con más motivo que nunca. Pero me pasa como ese chaval que me encontré, a veces cansa tanto intentarlo que.... menos mal que estás a mi lado, así al menos todo parece mucho más fácil.
Saludos y gracias
Ahora es Libia, ayer fue Vietnam, Bosnia, Afganistán e Irak. Mañana busca detrás de la oscura profecía que esconde el petróleo y encontrarás la respuesta.
Me preguntas que porque me afecta tanto si no podemos hacer nada por cambiarlo. Y lo que tú no sabes es que en tu pregunta anda la respuesta, es eso la impotencia, la impotencia de sentir que todo a veces está perdido.
Como nosotros te digo.... mientras otro Whisky más entra directo en mis venas, y me quema por dentro.
Dices que no entiendes nada cuando he bebido de más, y yo te digo que mira a las calles, y sabrás a lo que me refiero. Mira las calles vacías, sin alma. ¿Dónde está la respuesta a está injusticia? ¿Dónde está la gente pidiendo un mundo justo y lleno de paz?
Y mañana todavía será más gris el día, porque las muertes se acumularan, y las resacas ahora que duelen más que nunca. Meterán el dedo en la llaga y hurgarán en mi herida, allí muy dentro donde más duele.
Quizás ahora entiendas cuando entre dientes, cuando después de haberte hecho el amor, te hablo de huir a otro lugar, que esta ciudad se nos ha quedado pequeña, nos está engullendo, tengo la sensación que aquí cada vez es más difícil encontrar respuestas a esos escasos sueños que todavía nos quedan.
El problema es que todavía no sé como pedirte que vengas conmigo. Que entonces todo lo que pueda estar perdido lo dejaremos de lado y encontraremos nuestro camino, juntos, agarrados de la mano, tú y yo, a veces creo que al mundo no le queda más sentido que el que le queramos dar tú y yo.
Porque esta partida de Risk que nos han impuesto los que bailan la danza de la muerte, me parece estúpida, macabra, un sin sentido más, otra mentira más. ¿Qué final nos espera mientras les dejemos jugar a repartirse el mundo sin importarles los que estamos dentro del tablero, los que queremos sentirnos más que unas simples fichas de plástico?
Quizás ahora me entiendas cuando te digo que todo está perdido, no en nosotros, sino en todos nosotros. Contratos temporales, o contratos que directamente te roban la vida, gente ingresando las colas del INEM, sueldos irrisorios y el derecho a una vivienda digna, a un trabajo en condiciones se nos van como otros tantos, y a todo esto lo etiquetaron como democracia. Por eso cada vez más a menudo maldigo esta maldita democracia.
Mientras el desencanto aumenta, el otro día me vino alguien más joven que yo y me pidió consejo, estaba lleno de ira, a punto de explotar, yo le calme con una cerveza de más y luego nos pusimos a hablar.
Me dijo que ya no podía creer en lo que nos habían contado, en encontrar un trabajo, una chica guapa, tener unos buenos mozos o mozas a ser posible y a luchar desde ahí, desde ese lugar donde nos encontramos la mayoría contra el día a día.
Que ya no creía en esa forma de vida, que no le veía sentido. Que tenía ganas de incendiar el banco de la esquina, quemar el coche del último jefe que tuvo o destrozar algo para sacar toda esa rabia que llevaba dentro. Porque me decía este mundo nos ha condenado, y cansa intentar ser feliz cuando enciendes la televisión y te encuentras con el telediario.
Yo no supe que decirle, me levante, pague todas las rondas, le invite a un cigarrillo. Le puse mi mano sobre su hombro y le desee suerte. Era lo único que podía hacer.
Por eso una vez más he acabado recogido entre tus brazos, por eso te lloro aunque tú no lo veas, lo mal que me siento cuando observo lo que le sucede a este mundo, y recuerdo a Mafalda, y más que nunca empatizo con ella. ¿Te acuerdas de nuestro sueño de ir a visitar algún día Tokio? Espero que no mude como otros al país de los imposibles.
Sé, sé que hay que intentar ser feliz, y ahora con más motivo que nunca. Pero me pasa como ese chaval que me encontré, a veces cansa tanto intentarlo que.... menos mal que estás a mi lado, así al menos todo parece mucho más fácil.
Saludos y gracias
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