Estos últimos días no sé muy bien como describir lo que me pasa, tengo muchas ideas en la cabeza, muchas cosas para escribir y cuando me siento aquí, en mi sitio, y me acoplo a un mundo en el cual nada me es extraño, no como el de ahí fuera, ese que llaman realidad. Empiezo a escribir y no hago más que crear bocetos inacabados, inconcluyentes, que al final que será de ellos, no lo sé. ¿Los retomaré en otra ocasión? ¿Se quedarán en el olvido para siempre? Y no público nada, o mejor dicho mucho menos de lo que me gustaría. Así me encuentro a medias de todo y de nada, algo así como en tierra de nadie. Pero lo más curioso del caso es que no se trata de una sensación que me agobie o me estrese, increíblemente la he aceptado con una tranquilidad fuera de mis mayores cálculos, ¿Qué me esta pasando? ¿Acaso me estoy volviendo más dócil de lo normal? ¿O quizás es simplemente que vuelvo a sentirme bien conmigo mismo, y a encontrar la paz que tanto ansiaba?
El caso es que el otro día nada más entrar a clase, una alumna que no había venido en un par de semanas me llamo la atención lo primero que me dijo: “Estás enamorado” Y yo me quede anonadado, ¿Se puede reflejar el enamoramiento en un rostro? Y segunda cuestión ¿Estoy enamorado? A todo esto que significa a ciencia cierta y bajo el diccionario de Einsten estar enamorado. ¿Qué es eso? ¿Algo así como una hormiguita que sube despacito por tu espalda haciéndote cosquillas y erizando los pelos de tu piel? ¡Quién fuera hormiga!
Lo cierto es que en las últimas semanas he vuelto a reencontrarme con lugares comunes que añoraba, y con el placer de saber que hay alguien ahí fuera pensando en ti, de la misma manera que tu piensas en ella, y en esas circunstancias lo que mejor se puede hacer es dejarse llevar y disfrutar al máximo, intentar en la manera de lo posible no caer en errores del pasado, y no meter prisas a lo que no hace falta que vaya demasiado rápido. Estas cosas ayudan a encontrar ese equilibrio que a nuestra manera todos necesitamos, para encontrar sentido a esas pequeñas y no tan pequeñas cosas que creíamos haber olvidado para siempre. Como hace poco hablaba con un amigo, una persona que ha sido una suerte que se haya cruzado por mi camino difuso en ocasiones, serpenteante, laberíntico y otras veces seguro, recto, y bien definido. Me acuerdo que ambos llegábamos a la conclusión que a los dos nos gustaría haber sido un Barney Stinson en esta vida, pero que a ser posible más pronto que tarde hay que acabar aceptándose cada uno como es. Quizás como dice mi amigo, tengo un aire en la forma de ser a lo Ted Mosby, y siempre que me lo recuerda da lugar para echarnos unas risas.
Como podéis observar estos días estoy a medias de todo y de nada, como este post que se encuentra a medias de tener un sentido, una lógica, un significado, un algo que quizás hoy no se lo encuentre, quizás mañana cuando lo vuelva a leer publicado me avergüence de lo escrito, o quizás todo lo contrario simplemente me guste aunque siga sin encontrarle un significado concreto. ¿Además porque hay que hacer las cosas siempre con un objetivo exacto? ¿Acaso esta prohibido construir sin ningún plan previo, o sin ningún boceto claro? A fin de cuentas lo importante acaso no es construir, crear, inventar, imaginar incluso si se me permite subir la apuesta procrear y engendrar proyectos, ilusiones sueños..... ¿De hecho que sería de la vida sin la improvisación? Pero lo que sí que no hay que hacer jamás, es destruir. Jamás el camino será dedicarse a destruir las ilusiones de los demás o las propias. Así que con este post a medias de todo y de nada, disfrutando de sentirme así, aunque no sea capaz de encontrar las palabras exactas que definan este estado de calma, quietud y alguna que otra traviesa palabra que hoy no se quiere citar en estas líneas, voy a dejarme llevar estos tres días que tengo por delante sin pensar en responsabilidades, cosas pendientes por resolver, cuestiones laborales, e intentando ahuyentar la realidad de la mejor manera posible ya que por aquí en Polonia estamos de puente desde ayer pero lo más sorprendente de todo es que ha salido un día maravilloso, increíble pero cierto, y eso como diría aquel, “Es un buen augurio, sal fuera y descubre antes de que se vaya que trae consigo el buen tiempo, y no lo dejes escapar”. Es una buena señal.........
Saludos y gracias
El caso es que el otro día nada más entrar a clase, una alumna que no había venido en un par de semanas me llamo la atención lo primero que me dijo: “Estás enamorado” Y yo me quede anonadado, ¿Se puede reflejar el enamoramiento en un rostro? Y segunda cuestión ¿Estoy enamorado? A todo esto que significa a ciencia cierta y bajo el diccionario de Einsten estar enamorado. ¿Qué es eso? ¿Algo así como una hormiguita que sube despacito por tu espalda haciéndote cosquillas y erizando los pelos de tu piel? ¡Quién fuera hormiga!
Lo cierto es que en las últimas semanas he vuelto a reencontrarme con lugares comunes que añoraba, y con el placer de saber que hay alguien ahí fuera pensando en ti, de la misma manera que tu piensas en ella, y en esas circunstancias lo que mejor se puede hacer es dejarse llevar y disfrutar al máximo, intentar en la manera de lo posible no caer en errores del pasado, y no meter prisas a lo que no hace falta que vaya demasiado rápido. Estas cosas ayudan a encontrar ese equilibrio que a nuestra manera todos necesitamos, para encontrar sentido a esas pequeñas y no tan pequeñas cosas que creíamos haber olvidado para siempre. Como hace poco hablaba con un amigo, una persona que ha sido una suerte que se haya cruzado por mi camino difuso en ocasiones, serpenteante, laberíntico y otras veces seguro, recto, y bien definido. Me acuerdo que ambos llegábamos a la conclusión que a los dos nos gustaría haber sido un Barney Stinson en esta vida, pero que a ser posible más pronto que tarde hay que acabar aceptándose cada uno como es. Quizás como dice mi amigo, tengo un aire en la forma de ser a lo Ted Mosby, y siempre que me lo recuerda da lugar para echarnos unas risas.
Como podéis observar estos días estoy a medias de todo y de nada, como este post que se encuentra a medias de tener un sentido, una lógica, un significado, un algo que quizás hoy no se lo encuentre, quizás mañana cuando lo vuelva a leer publicado me avergüence de lo escrito, o quizás todo lo contrario simplemente me guste aunque siga sin encontrarle un significado concreto. ¿Además porque hay que hacer las cosas siempre con un objetivo exacto? ¿Acaso esta prohibido construir sin ningún plan previo, o sin ningún boceto claro? A fin de cuentas lo importante acaso no es construir, crear, inventar, imaginar incluso si se me permite subir la apuesta procrear y engendrar proyectos, ilusiones sueños..... ¿De hecho que sería de la vida sin la improvisación? Pero lo que sí que no hay que hacer jamás, es destruir. Jamás el camino será dedicarse a destruir las ilusiones de los demás o las propias. Así que con este post a medias de todo y de nada, disfrutando de sentirme así, aunque no sea capaz de encontrar las palabras exactas que definan este estado de calma, quietud y alguna que otra traviesa palabra que hoy no se quiere citar en estas líneas, voy a dejarme llevar estos tres días que tengo por delante sin pensar en responsabilidades, cosas pendientes por resolver, cuestiones laborales, e intentando ahuyentar la realidad de la mejor manera posible ya que por aquí en Polonia estamos de puente desde ayer pero lo más sorprendente de todo es que ha salido un día maravilloso, increíble pero cierto, y eso como diría aquel, “Es un buen augurio, sal fuera y descubre antes de que se vaya que trae consigo el buen tiempo, y no lo dejes escapar”. Es una buena señal.........
Saludos y gracias
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