OCTUBRE



Es una incógnita que sucede realmente cuando el tiempo va más deprisa que tú, y no lo puedes controlar, los acontecimientos pasan tan rápido que no queda tiempo para diseccionarlos y examinarlos con lupa. Tan solo nos queda aprender a dejarnos llevar.

Treinta y un días (todavía faltan algunos) donde dentro de cierto caos he encontrado orden, a pesar de que algunos fantasmas continúen de vez en cuando haciendo círculos a mi alrededor. Palabras que me han faltado en ocasiones para abreviar e ir directos al grano o simplemente para encontrar el camino adecuado para continuar andando descalzo por la vida, aunque a veces nos queme el suelo las plantas de los pies.

Aprender a dibujar la línea de puntos, y volver atrás si hace falta, sin miedo a equivocarse, y nunca rendirse, porque aunque a veces cueste más de lo normal todo se puede conseguir, es cuestión de poner la brújula mirando en la dirección adecuada. Y escucharnos cuando soñemos despiertos, y arrastrarnos por sus impredecibles variables hasta que descubramos poco a poco que la vida esconde cosas más maravillosas de las que podamos creer. A pesar de que a ratos pueda resultar tediosa e insoportable.

Descifrar las incógnitas que están delante de nuestras narices, e intentar que aquello que se nos escapa de la manos nos desestabilice lo menos posible, no intentar contrarrestar lo incontrarrestable, y no complicarse la vida en crucigramas imposibles, el que se quiera complicar la vida allá él, pero que a los demás nos dejen disfrutar con nuestras pequeñas cosas.

Pasarlo bien con esas personas que en el cruce de caminos de una ciudad como Wroclaw, te acabas encontrando y tienes la suerte de dar con ellas, y descubrir que como tú son vagabundos del destino, y de la última expresión que se pueda alcanzar con las palabras, versos, arte, manos, sentimientos, incluso detrás de una canción que no nos pertenece pero que tiene mucho que ver con nosotros. La amistad como sentido a muchas cosas, y la estrella que a veces nos enseña de nuevo el camino cuando nos encontramos en la oscuridad más absoluta.

Quizás ahora que creo saber de una vez por todas donde se encuentra mi sitio, ahora que quizás mi pequeña revolución es haber dado contigo y saber que en el calor de tus labios y bajo el tacto de tus manos me puedo llegar a sentir tan bien, simplemente provoca que tenga de nuevo ganas de apostar a sabiendas de lo que pueda pasar sino sale como uno quiere, pero hay algo de mí que me dice que merece la pena. Así, que............. ¿Qué nos deparará el incierto y caprichoso futuro? Una vez más no lo sé, pero pienso descubrirlo.

Saludos y gracias

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