Es esa puerta, una puerta cualquiera la que espera abrir y que detrás se encuentre ella. Le da igual el lugar, el sitio, con tal de volverla a encontrar. Y son muchas las puertas que lleva abiertas, muchos los kilómetros que ha recorrido, muchas las ilusiones que se han perdido por el trayecto, y continúa dejándolo todo de lado por ir en busca de más puertas, y abrir todas las que se encuentre por su camino hasta que de con ella. Porque está seguro que detrás de alguna de todas esas puertas la volverá a encontrar y lo que una vez tuvieron lo continuaran por donde una vez lo dejaron. Y mientras tanto me pregunta ¿Dónde estará esa maldita puerta? Y yo no sé que responderle y me callo. Y él me dice casi increpándome que está arto de los silencios porque son como desiertos que acaban volviendo loco a uno. Y yo avergonzado por no saber como ayudarle me despido con una pueril excusa y sin decírselo le deseo la mayor suerte del mundo, y que no tarde en llegar el día en que encuentre la puerta que busca.
Saludos y gracias
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