UN FIN DE SEMANA HISTORICO

Tendría dos años cuando mi padre me llevo por primera vez a un campo de fútbol. El partido era nada menos que uno perteneciente al mundial que se estaba organizando en España. Y en ese partido jugaba la selección española contra un rival que desconozco ahora mismo. Lógicamente no tengo ningún recuerdo de aquel partido. De echo no fue hasta el mundial de Italia 90 cuando verdaderamente me llegan mis primeros recuerdos de lo que puede llegar a ser un mundial. Siempre me ha gustado el fútbol, a pesar de que últimamente me parece a ratos más aburrido que nunca. Aunque he sido más de baloncesto, tengo que admitir que he vivido y disfrutado mucho con el fútbol. Desde que tengo conciencia futbolística, allá por el año noventa, siempre tenía en mente algo que uno soñaba y que pensaba que jamás vería. Que España fuera alguna vez campeona del mundo. Una de esas cosas que te gustaría vivir, sentir, para poder presumir de que sabes lo que significa que tu país gane el titulo más importante dentro del mundo del fútbol.

Este fin de semana ese sueño se hizo realidad, algo que hasta ahora solo se podía conseguir gracias a los juegos virtuales ya sea con el Pro o con el FIFA. Hasta que este Domingo se rompió con cualquier posible maleficio que pudiera estar detrás de la selección española de fútbol. Al fin se consiguió, ganar un mundial de fútbol. Fue increíble ver como Valencia era tomada por la noche por miles de aficionados deleitándose con el triunfo de la roja, fue increíble disfrutar del triunfo, vivirlo, sufrir, porque se sufrió mucho durante el partido pero que al final tuvo una recompensa inigualable. Fue un placer poder celebrar este triunfo, vivir este hecho histórico, disfrutarlo en su apogeo. Ayer viendo por la televisión las celebraciones, resultaba increíble ver cuanta gente salió a las calles de Madrid para ver a los jugadores, y darles las gracias por lo que habían hecho. Una vez más me resulto muy emotivo comprobar hasta que cuotas puede llegar a alcanzar todas las pasiones que desata este deporte. Que pena que el baloncesto no mueva las mismas masas. Ahora sí, ahora uno ya puede estar más tranquilo, porque ahora ya no se tratara de una ilusión pensar que sucedería si España ganará un mundial de fútbol, porque la respuesta ya la sabemos. En definitiva, lo que paso el Domingo fue un sueño hecho realidad para muchos, muchísimos españoles, y al final se saldo una deuda con un país del cual a pesar de los errores que cometen sus políticos (que son muchos) a pesar de sus defectos, a pesar de sus cosas incomprensibles, se lo merecía y quizás le llego en un momento clave. Acaso todo esto no ha generado una energía positiva que en tiempos de malas hierbas sería mejor aprovecharla y sacar partido de ella. Lo triste es que seguramente se esfume como vino. Pero aparte de este pequeño comentario, me quedo con un último detalle, el Domingo me sentí orgulloso de ser español.

Al margen de este acontecimiento, este fin de semana fue especial porque pude disfrutar de mis amigos que hacía seis meses que no veía. Es lo que tiene vivir fuera de tu país. No pude ver a todos los que me hubiera gustado, pero vi a bastantes. ¿Qué hicimos? Lo mejor que sabemos hacer cuando nos volvemos a juntar salir a cenar, de copas, y echarme algunas risas con algunos de ellos el Viernes por la noche. El domingo con otros amigos disfrutamos y vivimos juntos el triunfo de la selección española. Fue un buen fin de semana, a pesar de que quizás volví a pecar de excesos los cuales me prometí no volver a ellos. Se trato de una excepción. El momento lo requería o quizás esa fue mi vil excusa. Por lo demás fue de nuevo un placer reencontrarse con la noche valenciana, aunque no la note tan cambiada como antaño, si es cierto que la note más pija que nunca. Otra cosa que me llamo la atención, los edificios altos y que la ciudad no sé lo que tiene pero tiene un encanto que te atrapa, o quizás simplemente se trata de que uno no puede dejar de echarla de menos.

P.D: Como siempre fue un placer volveros a ver, cuidaros y hasta la próxima.

Saludos y gracias

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