El cielo se rompe en pedazos, la sangre cae gota a gota. Desde el rincón mas oscuro se encuentra tu mirada perdida en el espacio perdido del abismo. ¿Por qué lo mataste? ¿Acaso era necesaria esta muerte?. Necesito matar, ¡soy un asesino!. Limpia tu espada y guárdatela, será la ultima vez que la vea, y a ti………..a ti………..sin pensar nada mas que la motivación de sus instintos se lanza sobre él. Le da el último beso, le dice él último adiós.
El cielo es gris, hace mas de un año que andaba desaparecido, que anidaba en el destierro pero ha vuelto, ha vuelto con ganas de matar. Dice que quiere impartir justicia con la venganza, dice que la sigue queriendo mas que a nada ni nadie en este mundo cruel. Dice que ella es todo para él, pero no puede hacer lo que ella le pide. No puede aceptar la redención. No, no es un cobarde.
Esta solo tomando una cerveza, el tabernero le dice que va a cerrar ya, que esta cansado, que tiene ganas de irse a casa y acostarse al lado de su mujer. Darle un beso de buenas noches a su niña y darle gracias a alguien que haya por allí arriba por dejarle pasar un día mas junto a su mujer. Borracho nuestro protagonista le dice que allí arriba no hay nadie, que eso es ¡mentira!. El tabernero le dice que esta borracho, que se vaya a dormir y deje de decir tonterías. Ya no tiene miedo a la muerte, ya no tiene escrúpulos, ya no tiene sentido de la razón, deslizando suavemente la espada que le colgaba del costado le hace un tajo en la cara al tabernero y le dice que no está borracho porque si lo estuviera ahora mismo lo hubiera matado. Se va, paga lo que debe, porque dice que nunca mas volverá a tener deudas con nadie, aunque eso no es cierto. Con ella siempre tendrá una deuda pendiente….siempre. El tabernero por primera vez cree haber visto al diablo en persona.
Sabe lo que tiene que hacer para quedarse en paz por una temporada, y poder partir……..quizás para siempre. Necesita cerrar la herida, necesita cerrar el círculo, la soledad nunca le produjo dolor, la pudo sostener, aguantar, a veces en pesadillas, a veces en lucha contra antiguos fantasmas, pero a pesar de que se hizo mas fuerte, creció como persona y maduro aquello que nunca quiso aceptar. El dolor que se le quedo clavado en sus entrañas, en lo mas profundo de su alma, le convirtió en un ser despojado de los sentimientos mas tiernos, mas bondadosos. Excepto para ella, sabia que a ella aun era capaz de amarla. Dicen aquellos que le conocían antaño que ya no era él, no, ahora era un monstruo, se había transformado en un monstruo.
Lo tuvo que matar, fue un duelo a muerte, no fue nada fácil, su rival y antiguo compañero en otra vida, en años anteriores donde en el mundo quizás existía una luz de esperanza, estaba bien entrenado en el arte de la esgrima. Pero no duro mas que lo justo, para ver analizar su estilo, observar que no había cambiado, reconocer que era bueno con la espada, pero saber que cuando volviera a acometer el error le daría la estocada mortal, y así fue, él no sufrió daño, insignificantes rasguños fruto de la pelea, pero su rival y antiguo compañero murió. Ningún sentimiento de culpa corrió por sus venas cuando vio el cuerpo de su rival como sangraba gota a gota, como moría poco a poco, le daba igual de quien se trataba, aunque fuera su antiguo compañero, lo tenia que matar, necesitaba matarlo, tenia sus motivos………..ella apareció desde la oscuridad, entre lagrimas le pregunto ¿Por qué lo has matado?, ¿Acaso era necesario su muerte?, él le contesto, necesito matar, ¡soy un asesino!. Ella se ha dado cuenta, lo ve en los ojos de él, no lo quiere aceptar, pero no puede continuar más tiempo negando la verdad es cierto lo que se dice de él, son ciertos esos rumores que dicen que se ha convertido en un monstruo. Le dice que limpie la espada y que se la guarde, porque será la última vez que ella lo vea. No puede resistirse, su cuerpo le impulsa irremediablemente hacia él y dejándose caer por última vez en sus brazos, él estrechándole con fuerza para que no se escape, para que se pare el tiempo, y el mundo no continué mas allá de este momento y tampoco retroceda hacia atrás nota como ella le da el último beso. Adiós y se marcha…………él la quiere sujetar, quiere pedirle una última oportunidad, la quiere, la quiere como nunca volverá a querer, pero sabe que la ha perdido para siempre, lo sabe. Ya es momento de partir.
Saludos y gracias
El cielo es gris, hace mas de un año que andaba desaparecido, que anidaba en el destierro pero ha vuelto, ha vuelto con ganas de matar. Dice que quiere impartir justicia con la venganza, dice que la sigue queriendo mas que a nada ni nadie en este mundo cruel. Dice que ella es todo para él, pero no puede hacer lo que ella le pide. No puede aceptar la redención. No, no es un cobarde.
Esta solo tomando una cerveza, el tabernero le dice que va a cerrar ya, que esta cansado, que tiene ganas de irse a casa y acostarse al lado de su mujer. Darle un beso de buenas noches a su niña y darle gracias a alguien que haya por allí arriba por dejarle pasar un día mas junto a su mujer. Borracho nuestro protagonista le dice que allí arriba no hay nadie, que eso es ¡mentira!. El tabernero le dice que esta borracho, que se vaya a dormir y deje de decir tonterías. Ya no tiene miedo a la muerte, ya no tiene escrúpulos, ya no tiene sentido de la razón, deslizando suavemente la espada que le colgaba del costado le hace un tajo en la cara al tabernero y le dice que no está borracho porque si lo estuviera ahora mismo lo hubiera matado. Se va, paga lo que debe, porque dice que nunca mas volverá a tener deudas con nadie, aunque eso no es cierto. Con ella siempre tendrá una deuda pendiente….siempre. El tabernero por primera vez cree haber visto al diablo en persona.
Sabe lo que tiene que hacer para quedarse en paz por una temporada, y poder partir……..quizás para siempre. Necesita cerrar la herida, necesita cerrar el círculo, la soledad nunca le produjo dolor, la pudo sostener, aguantar, a veces en pesadillas, a veces en lucha contra antiguos fantasmas, pero a pesar de que se hizo mas fuerte, creció como persona y maduro aquello que nunca quiso aceptar. El dolor que se le quedo clavado en sus entrañas, en lo mas profundo de su alma, le convirtió en un ser despojado de los sentimientos mas tiernos, mas bondadosos. Excepto para ella, sabia que a ella aun era capaz de amarla. Dicen aquellos que le conocían antaño que ya no era él, no, ahora era un monstruo, se había transformado en un monstruo.
Lo tuvo que matar, fue un duelo a muerte, no fue nada fácil, su rival y antiguo compañero en otra vida, en años anteriores donde en el mundo quizás existía una luz de esperanza, estaba bien entrenado en el arte de la esgrima. Pero no duro mas que lo justo, para ver analizar su estilo, observar que no había cambiado, reconocer que era bueno con la espada, pero saber que cuando volviera a acometer el error le daría la estocada mortal, y así fue, él no sufrió daño, insignificantes rasguños fruto de la pelea, pero su rival y antiguo compañero murió. Ningún sentimiento de culpa corrió por sus venas cuando vio el cuerpo de su rival como sangraba gota a gota, como moría poco a poco, le daba igual de quien se trataba, aunque fuera su antiguo compañero, lo tenia que matar, necesitaba matarlo, tenia sus motivos………..ella apareció desde la oscuridad, entre lagrimas le pregunto ¿Por qué lo has matado?, ¿Acaso era necesario su muerte?, él le contesto, necesito matar, ¡soy un asesino!. Ella se ha dado cuenta, lo ve en los ojos de él, no lo quiere aceptar, pero no puede continuar más tiempo negando la verdad es cierto lo que se dice de él, son ciertos esos rumores que dicen que se ha convertido en un monstruo. Le dice que limpie la espada y que se la guarde, porque será la última vez que ella lo vea. No puede resistirse, su cuerpo le impulsa irremediablemente hacia él y dejándose caer por última vez en sus brazos, él estrechándole con fuerza para que no se escape, para que se pare el tiempo, y el mundo no continué mas allá de este momento y tampoco retroceda hacia atrás nota como ella le da el último beso. Adiós y se marcha…………él la quiere sujetar, quiere pedirle una última oportunidad, la quiere, la quiere como nunca volverá a querer, pero sabe que la ha perdido para siempre, lo sabe. Ya es momento de partir.
Saludos y gracias
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