MELANCOLÍA FORTUITA


A veces hay cosas de esas que sabes que cuando dejes de tenerlas, las echaras de menos, y te traerán buenos recuerdos dejando como testigo una sonrisa cómplice. Y una de esas cosas que sé seguro que echare de menos son las noches de Wroclaw. Esas noches en las que quizás no dejes huella, pero donde te encandilas con su esencia poética, entre cervezas de medio litro, Zywiec por favor y conversaciones con ganas de pasarlo bien, y desentrañar algunos pequeños misterios que aun están por resolver. Bailes en los que intentas desengañar el engaño que muchas veces es el día a día. Encontrando las respuestas a todas tus dudas existenciales al final de la noche cuando una vez más te das cuenta de que lo más importante son ellas. Sin ellas nuestra vida no tendría sentido.

Y yo sigo sin encontrar mi lugar, ¿dónde estará?, Sin prisas que si no me pierdo lo que vivo. Mientras mis colegas hablan de estabilidades, de casarse, tener hijos, en resumen seguir los cánones de la responsabilidad establecidos socialmente e impuestos en nuestra sociedad, y yo no sé muy bien porque eso no me va, no me veo siguiendo las normas, lo establecido, no sé si será porque soy un bicho raro o porque los treinta se van acercando a la esquina de al lado y no me quiero sentir tan mayor como indica el tiempo. Es curioso es hablarme de responsabilidades, de patrones a seguir por normas y códigos sociales y más ganas me entran de romper con todo eso, y no es porque les tenga miedo o pánico, sino todo lo contrario me parecen tan limitados, tan aburridos, tan sin sentido, que no tengo ganas de tirar mis ganas de vivir por la borda. Quizás es por eso que hay días que me levanto con ganas de mandarlo todo al carajo, borrón y cuenta nueva. En cambio otros me encuentro tan satisfecho con lo que tengo, con lo que he conseguido que al final del día mi lado conformista y material acaba ganando la partida. Solo sé que quiero apartar a un lado las penas, cerrar heridas abiertas y quedarme con la melancolía. Disfrutar de los secretos que encierran las noches de Wroclaw y encontrar el sabor de unos labios de mujer que aun no he probado. Mientras miro al horizonte y observo piezas de un futuro que esta por hacer, de un rompecabezas que esta por montar, y lo único que tengo claro es que esta vez no quiero sentirme ahogado por un exceso de imposiciones que muy erróneamente confunden con responsabilidades. También de una vez por todas que nadie me diga lo que tengo que hacer y me dejen andar mi propio camino con mi felicidad y mi melancolía como equipajes de mano.

Saludos y gracias






No hay comentarios:

Publicar un comentario