Delgadas líneas y mezcla de ciudades


¿Cómo estas? Quizás sea la pregunta más idónea para empezar este nuevo post. Lo cierto es que actualmente ando en esa fina linia cuando sientes que estas al limite, porque sientes que la guerra del puedo gana a la guerra del quiero, porque sientes esa terrible sensación de no encontrar tiempo para uno mismo, porque sabes que por más que busques, e indagues los resultados van a ser negativos, te robaron tu tiempo, no te preguntaron, para que........... al fin y al cabo en los tiempos que corren ¿quién se preocupa por los demás sin antes anteponer su ego?. Así que ahí andamos intentando robar un poco de tiempo del que a mí me quitaron primero sin mi permiso. Y fingiendo que todo anda bien, que todo anda bonito, porque a veces resulta que uno se acaba convirtiendo en lo que finge, en el papel que adopta para que el decorado en el que uno se encuentra resulte lo más agradable y positivo posible. Además cuando las aguas vienen revueltas mejor a veces dejarse llevar que remar contracorriente no vaya ser que al final te ahogues y nadie vaya en tu rescate. Y por supuesto readaptándome a estas nuevas circunstancias, que por suerte tienen una fecha limite. Lo que más lamentare durante este periodo es que los blogs son los que más sufrirán los efectos secundarios de este vivir para los demás y no para uno mismo. Cuando tenga tiempo prometo dedicarles todas mis ganas, pero quizás me ocurra como la semana pasada cuando tuve un rinconcito para mí, pero me colapse. Y aunque quería escribir, contar algo, resulto imposible, hasta hoy..........


Aunque tengo que reconocer que no deja de sorprenderme la calma y lo que te carga las pilas cuando te sientes bien contigo mismo, y sientes que no le debes nada a nadie, que por primera vez en mucho tiempo sabes que tu propio destino esta en tus propias manos, y que las decisiones y posibilidades para cambiar de rumbo, o continuar con el establecido esta en tu poder, nadie puede ya obligarte a decirte lo que tienes que hacer, y como lo tienes que hacer.


Las ciudades tienen un efecto curioso, primero te encuentras perdido en ellas, no encuentras tu espacio, te sientes perdido, todo resulta caótico, hasta que consigues hacerte con los primeros puntos de referencia. Luego con el tiempo cuando la vas conociendo más y más, y te vas haciendo a ella, y permite que te instales en ella, resulta que las distancias que antes te parecían enormes ahora se acortan. Que aquello que te sorprendió la primera vez que lo vistes, poco a poco va perdiendo su magia, su hechizo. Te acostumbras a la ciudad, y la enjuicias, e incluso te vuelves critico con ella. Sabes y te sientes con derecho de decir que no te gusta y constatar tus motivos, y que te gusta y explicar porque.


Wroclaw tiene su encanto, nunca lo negaré, de echo si pudiera cogería su Rynek y lo trasladaría allí donde fuera. Pero resulta curioso como una ciudad que es tan grande en superficie, dos veces Valencia, se queda tan pequeña a la vez. Una ciudad que su vida prácticamente se encuentra en el núcleo que rodea a Rynek, y fuera de allí tan solo te encuentras una ciudad silenciosa y callada. Normalmente no hay ninguna propuesta interesante más allá de lo que ofrece su centro. Y eso a veces resulta triste. A veces me imagino que pasaría si despareciesen los edificios de la ciudad y los cambiara por los edificios antiguos de Valencia, y por los modernos. Que pasaría si trajera el ruido de los bares, y los esparciera por toda la ciudad, que sucedería si cada calle, si cada barrio tuviera su rinconcito de vida, su que hacer, su propia diversión, su propio biorritmo, si funcionara como un ente más vivo del que es actualmente. Quizás colapsara así la ciudad, quizás matará así la esencia de una ciudad que quizás no aceptara mis cambios, y me desterraría por siempre. O quizás las consecuencias fueran diferentes, y la despertara de su letargo, de su silencio, y dejara de callar por siempre, porque por primera vez sintiera que podía decir esto y aquello. Porque quizás lo que anhela sea más vida, más alegría, más fiesta, más luz, más colores.


Ahora pongamonos en el caso contrario, que cosas me llevaría conmigo de Wroclaw, si volviera a Valencia. Por supuesto y como he dicho anteriormente su Rynek, su superficie, sus parques, (algunos parecen bosques). El diseño de algunos pubs, su cerveza, sus mujeres, la belleza de la mujer polaca es excepcional. Sus italianos, no he probado mejor pizza que aquí, aunque seguramente cuando alguna vez conozca Italia cambie de opinión. Mientras tanto, mientras surgen estas líneas, y levanto la cabeza del teclado para ver la hora, me doy cuenta que ya empieza a agotarse mi tiempo, que ya aunque quiera continuar no puedo, que el cielo vuelve a ser gris, y feo, así hasta Abril seguramente. Que el clima lo cambiaba por supuesto, que nunca entendí y comprendí hasta que lo experimentas como se puede echar en falta las horas de luz, que ingenuo era cuando me vine respecto al clima. Que espero volver lo antes posibles por aquí, a este pequeño rinconcito que es tan mío, y que me hace tanta falta. Que esta noche seguramente cuando este pasándomelo genial tomando unas cervezas en buena compañía, me vendrán motivos, excusas, historias a la cabeza para dejarme caer por aquí mañana. Hasta pronto.


Saludos y gracias.







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