DIVAGACIONES

A veces creo que me gobierna la locura, y nadie me ha pedido permiso para que así sea. Pero uno acaba aceptándolo sin más. ¡Que remedio.................! Sino como sobrevivir a este día a día. Cada día que pasa encuentro más lejos mi sitio en este mundo caótico, difuminado, opaco en ocasiones. Siento que mis palabras suenan a sin razones escritas en una servilleta de bar, cuando todo borracho hago un ejercicio por parecer sensato iniciando así mi camino al ridículo más cercano. ¿Qué me sucede? ¿Acaso tengo una ulcera dentro del alma? ¿Acaso no estoy curado como uno creía?. Las palabras últimamente dilatan hostilidad verbal, sin sentido, sin grandes augurios y en los cuales los más cercanos te dedican miradas de loco, más que argumentos para discutir lo imposible. Quizás no pertenezco a este mundo, y mira que lo he intentado.................pero dentro de mí, si realmente por mí fuera, estallaría todo en pedazos. Tanta falsedad, tanto testigo de cargo, acaso, no es todo lo que nos rodea hipocresía, teatro de calle mal montado, sin telón, sin actos donde transcurra la acción. Acaso no soy yo mayor hipócrita que los demás por saber lo que acepto, y callar. Callar mis ideas, mis ilusiones, mis esperanzas. Callar a mis sueños cuando con 18 años pensaba en comerme este mundo, y fue finalmente él, el que más pronto de lo esperado me devoro pasándome por la trituradora.


Siempre hay final en este laberinto, de miradas perdidas, de encuentros por compromiso, de suéteres a cuatro duros y zapatillas a coste de economía más bien de altura, que de desperdicios. De cosas que perdieron su valor, por culpa de la ley del mercado. De señores autoritarios, mandamases, apoyados por el populacho, de gente que irremediablemente se equivoca cuando apoya a partidos en principio democráticos pero que detrás de ello ocultan una imagen del pasado aterradora, fascista y dictatorial. ¿Acaso como tan siquiera se puede decir algo a favor del gobierno de Aznar? ¡Que tuvimos que recibir más daño del que recibimos, sufrir más faltas de libertades que se sufrió para darnos cuenta de cuan cabron era! ¡Ni primera legislatura ni segunda! Desde el comienzo lo suyo olía a podrido. Resulta imposible legitimar, aceptar, justificar a un político inoperante, más cerca de la demencia senil que del bien por el pueblo, más cerca de demonios del pasado que de una política ética y coherente. Que le voy hacer si cada vez que escucho, o interpreto que alguien justifica alguno de sus ocho años en el poder salto como un animal oculto en la maleza detrás de su presa. ¡No puedo soportarlo! ¡Tanta inoperancia senil! ¡Hay que estar perdido en esta vida! Ser un jodido bastardo para ser capaz de apoyar tal personaje. ¿O Acaso tuvo que chuparnos más la sangre, restregarnos más si cabe su maldito poder por las narices hasta que vomitáramos hartos de intentar llevarle una oposición, que vertiginosamente nos llevaba derechos al suicidio colectivo?. Si, la política aun me arde y me recuerda heridas que se quedaron abiertas en mis delirios de grandeza y parece que jamás quedaran cerradas. Heridas que una vez con el paso de los años, serán llagas, estigmas que me acompañaran por siempre. Pero fuera de dicho campo, donde siempre me sentiré más cercano a la izquierda que a la maldita derecha. Y donde espero que un día el paso del tiempo demuestre que el régimen de Cuba no es tan maldito como desde aquí Europa y por supuesto USA piensan. ¿Hay algo más inoperante que comparar regímenes totalitarios de izquierda con regímenes totalitarios de derecha? ¡Acaso no nos damos cuenta que así destruimos parte de la esencia de las ideas!. ¡Vale, estoy de acuerdo, ni uno ni otro! ¿Pero acaso se puede ser tan superficial cuando se valora y se comunica que es lo mismo? Quizás y por suerte ambos quedaron desterrados al olvido, y especialmente en los tiempos que corren, donde se espera que alguna vez triunfe eso que proclaman tan a menudo llamado democracia. Pero tan a desacorde con lo que vivimos actualmente, que parece más bien una melodía desafinada. Aquí estamos de nuevo, perdido en este laberinto, de ideas, de idas y venidas, de destinos imprecisos, de limites que nos ahogan, de sueños capaces de alcanzar, tan solo hay que creer, tener fe............Aun sigo esperando que el universo me responda, me mande una señal, concediéndome lo que le pedí. Y espero, espero, porque si algo aprendí con mi corta edad fue que la paciencia es una virtud que se va adquiriendo con la experiencia de ver los años pasar.


Saludos y gracias.




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