La dirección de la calle si no
recuerdo mal era donde no puedas encontrar ausencia, y una nota apoyada en el
pie descalzo de un maullido te responda una duda existencial, que los trenes
silban porque no volverás a conocer la soledad mientras tu piel la cubra todas
las noches mis manos sedientas de sed.
Niña, era el
número 5, ¿Lo has olvidado?. Ya me dijo el psicoanalista hijo de puta que tenía
tendencia a ser daltónico con ciertos números.
Saludos y gracias
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