Soy un hombre raro entre tus
manos, un día raro, una acuarela que descalifica los colores naturales y trata
de inventar unos nuevos, otra vez se pone sentimental el paisaje:
El vicio perfecto que oculta la ramificación que se intuye
entre tus dos piernas, quiero ser quien lo descubra. No me da miedo.
Todas las madrugadas me
buscarás porque si no hay antorchas suficientes no se pueden quemar las inconsistencias.
Entonces tal vez, nadie dormirá debajo del colchón temiendo a que aparezca el
monstruo del armario.
Saludos y gracias
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