Dice que hoy amó como le está
prohibido. Concienzudamente subrayó la palabra prohibido, como si le fuese la
vida en ello. Le duele la espalda, será por culpa de una mala postura. La de
falta de interés por todo. Dos palabras: Tengo miedo.
- Te lo compro.
- No, mejor será que te
alejes.
Se besa con ella misma. Así lo
visualiza la belleza del reflejo del espejo. NO HUBIERON manos que le tocasen
de la misma forma que ella lo hace consigo misma (la mentira es la repetición
constante de aquello que queremos oír, ver, sentir).
Le pregunta un minero de los
escondrijos que oculta la vida, un enanito de los que salen de vez en cuando a
través de una de las fisuras del espejito:
- ¿Te gustan las barbas?
- Sí, cuando me peinan los
pelos de mi coño.
Saludos y gracias
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