Tengo que hacerlo, es
inevitable. ¡Oh! sí, tengo que subirme a esa taxi e irme de aquí. No, no, por
favor, sin preguntas, no me hagas más preguntas. Déjame marchar. Esto fue
bonito mientras duró, pero se acabó.
"Lo sé, lo sé, te jode
imaginarte a alguien sonriente porque con su escopeta consiguió marfil para el
contrabando".
Jamás pensó que llegaría este
maldito día, que la vería subirse a ese taxi amarillo, ¿Cómo había podido
ponerse las cosas tan feas para llegar hasta ese punto?. Antes de que arranque
el auto, unas últimas miradas donde se desean toda la suerte del mundo.
Nunca me respondió si en la
canción de los elefantes se balanceaban o se columpiaban. Ella me preguntaba:
- ¿Y eso importa?
- Supongo que no...
Pero sí, ahora mismo sí que
importa.
Saludos y gracias
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