SÍNDROME DE ESTOCOLMO



Leonard Cohen suena a diamantes enterrados debajo de la tierra, la botella de vino abierta a estas horas para inmortalizar la soledad y sus causas no es una buena idea, maldito cuadro gris y triste que puede salir de aquí, ¿Dónde dijiste hace tiempo (cuando todavía hablábamos) el lugar en el cual puedo encontrar los colores con sus tonalidades adecuadas? Seguramente cerca de tu cintura. ¿No me preguntas si me canso de ser mi propio diablo y mi propio Dios? O ya te aburrieron mis idiosincrasias y por eso... la semilla tarda tanto en dar su fruto o es el pecado de que últimamente en las noches oscuras y negras llueva hacía arriba. Un milagro, las piernas desnudas que hay debajo de una minifalda no lo puedo evitar me entran ganas de invadir el síndrome de Estocolmo o hacerles el amor a horcajadas contra la pared sin que sea necesario saber como nos llamamos.

Saludos y gracias

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