Tiene esas prisas estúpidas
que cree que hacen que todo esté en funcionamiento y nunca se pare. Mueve con
nervios la cucharilla del café, le da las mismas vueltas que las que agolpan en
su cabeza. Vamos, un empate artificial en un juego macabro, un tráfico de dudas
que no permiten que fluya nada y atascamiento en la principal avenida, todo son
ruidos, gritos, silencios que mutan de la cepa llamada Ignorancia, desconciertos.
Por un momento antes de pagar la cuenta, cuando se acerca la camarera con el
papelito blanco que ha imprimido con la cantidad que tiene que abonar, piensa
que le hará el siguiente favor con sus siguientes detalles: Con un poder
esotérico que contiene las yemas de los dedos de las manos de la camarera los
hará posar en su sienes y le desconectará el cerebro saldando así la deuda
exterior y las interiores.
Luego sale, cruza una esquina
y vomita para cuando ha terminado tener esa extraña nueva sensación de que todo
está mejor. Como cuando crees que ha salido el sol en un día de esos que el
cielo declara su guerra cubriéndolo todo de nubes grises.
El margen de error a veces es
tan común como el margen de acierto, andar por ese alambre y al mínimo paso mal
dado caída a un abismo que es un pozo oscuro, tan oscuro, que con un cubo
hundiéndolo metros y metros hacía el fondo tan solo se saca restos de lo que se
oculta en un agujero negro.
Por
casualidad o por accidente la observa (después de tantos meses sin saber el uno
del otro) a través de una quinta dimensión como hace de modelo en una sesión de
fotos en la cual el fotógrafo le mira con los mismos ojos que una vez tú la
mirabas y sientes que se ha producido un delito, un robo de un cuadro en un
museo que creías propio y único, donde poder pasar horas y horas observando,
tocando, dejándote tocar, por aquella hermosa obra de de arte carnal que te
hacía descubrir sensaciones que desconocías y te ponía los pelos de punta. Ella
es observada por él como lo hiciese en el pasado sin que sea consciente de
ello. Él es observado por unos microscópicos bichitos con la estrategia (si él
no se da cuenta a tiempo para evitarlo) de meterse a través de sus fosas
nasales en su interior y crearle ansiedad, dudas, dolores de cabeza, tristeza
pulmonar, nostalgia cardiaca, y experimente el dogma de que el mundo funciona a
través de las prisas y representarlo moviendo con cierto nerviosismo la
cucharilla del café.
La pregunta: ¿Cómo volver
contactar con ella? ¿Cómo volver a crear nuevas oportunidades entre ellos?
igual que querer resolver ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos a parar?.
Saludos y gracias
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