Ni yo era Richard Gere ni quería
serlo, aunque decías que tal vez si me afeitaba algún día y con sombrero
tendría algo a Sinatra. Eso era porque todavía no habías escuchado mi voz y el
humo del cigarro te cegaba. La ceniza cae en los mejores versos de un poema que
he encontrado en un libro abierto que hay entre mis manos. Ideal para leernos
por la noche y entendernos mejor. Por supuesto que tanto el poema como tú y yo.
Es de agradecer que no seas Julia Roberts, que simplemente seas tú con tu dulce
aroma a extranjera. ¿Te vienes conmigo a la calle soledad para incendiarla y
cambiarle el nombre?
Saludos y gracias
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