Se fatigaron tus pasos y yo
ando descalzo, mis playas no tienen arena tan solo piedras, y en mis libros las
lagrimas empañaron las hojas en blanco, me bajo al norte porque intente subir
al sur y fracase como un dueño sin destino sin barquitos de papel que les sople
el viento. Ahora que me bajaría hasta tu vientre para dormir las noches y las
mañanas que me sintiera de nuevo, la carretera no me muestra el camino, y las
cuerdas de la guitarra andan desafinadas y tú, lo sé, tus pasos se fatigaron,
se angustiaron, y me gustaría aprender a salvarme para poder hacer lo mismo
contigo aunque no te dejases, pero unos pájaros de barro me dijeron que te
vendría muy bien.
Saludos y gracias
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