POR SUERTE TODOS LOS DOMINGOS NO SON IGUALES



Guardas la leche en la nevera, los bastoncillos para los oídos en el armario del cuarto de baño, hay una bombilla fundida, habrá que cambiarla, tan solo lo piensas, tan solo viene a tu cabeza y se va, tan rápido como te vistes y elijes el jersey de los domingos fríos, falda larga, y te recoges el pelo en esquema de coleta. Quieres verlo, quieres despedirte de él, antes de salir de casa, no sabes si volverás, pero eso no se lo puedes decir a él, descubres que la ventana del salón está abierta, y te dices habrá salido por ahí esta noche y todavía no habrá vuelto, le dejas el cuenco con leche en el suelo de la cocina, otro con comida, para cuando se retire de su ronda felina y esté de regreso no le falte de nada.

 La calle te está esperando, las líneas que se dibujan por el asfalto son las mismas que te guían, hay un pájaro muerto al lado del contenedor de basura, y son esas las señales que te repiten que cobra sentido hacía el lugar que te encaminas, sabes que te estaré esperando con varios minutos de antelación a la hora acordada, entras en la cafetería, me das la mano, pides lo mismo que tomo junto a algo de bollería, te me quedas mirando, y te pregunto: ¿Estás lista?

Quieres que te hable de mi planeta de origen, que te trace mi mundo, me incline en una perspectiva que te resulte atractiva, que te atraiga, que no te haga tirarte atrás con lo que ya hablamos la primera vez que nos conocimos, y me dijiste: Tú eres especial, pero no sé porqué. Los planes están ahí, en un mapa astral que extiendo sobre la mesa, y te muestro poco a poco el camino que tendremos que seguir hasta llegar al punto marcado en rojo, y para aclarar cualquier tipo de dudas te pregunto: ¿Estás segura de hacer esto? Y me respondes con un movimiento de cabeza. Pues vámonos que queda mucho por recorrer. Pagamos la cuenta, nos ponemos en pie y antes de salir de la cafetería me coges de la mano y me dices: ¿No he visto ningún platillo volante ni he oído hablar de ninguno en las noticas? Eso pertenece a vuestra ciencia ficción, donde yo te voy a llevar no hace falta ninguno de esos aparatos para comenzar el viaje.

Saludos y gracias

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