WROCLAW



A continuación un articulo de opinión que he escrito sobre Wroclaw para un periódico que un compañero de trabajo y gran colega ha creado para la escuela junto a sus alumnos.

Wroclaw a primera vista te encandila, te atrapa y tiene un algo que te lleva a quererla descubrir con detenimiento. Pronto descubres que toda su vida gira en torno de Rynek, núcleo central de esta ciudad. Y también es a las primeras de cambio cuando te choca el contraste tan brutal que hay entre los bloques comunistas y las antiguas edificaciones. Es cuando empiezas a notar como los fantasmas del pasado cogen cuerpo y te recuerdan que esta es una ciudad con mucha historia. Y que también ha pasado por muchas manos y algún que otro nombre. De hecho, si Wroclaw fuera una canción, está sería melancólica, triste, reflejando así parte de su historia y los días grises y lluviosos que gobiernan a la ciudad. Pero contrastaría con ritmos suaves, ligeros, esperanzadores y alegres, porque a pesar que su rumbo muchas veces ha sido incierto, ha acabado gestando su propio camino, a contracorriente en ocasiones, y aprovechando el viento a favor cuando podía.

Wroclaw como prácticamente todas las ciudades con el paso del tiempo pierde su encanto, quizás por que aquello que nos sorprendía la primera vez se vuelve metódico, cotidiano, monótono. Y uno echa de menos cambios, un lavado de cara, en definitiva que la ciudad te sorprenda, se reinvente. Quizás lo hace, o al menos lo intenta, pero a pasos muy escalonados, indecisos en ocasiones. Pero sigue conservando esas pequeñas cosas que hacen que las ciudades valgan la pena, y esta es una de ellas, a pesar de que quizás hay muchas cosas por mejorar, o quizás con otro tratamiento urbanístico estaría más hermosa, más bella, porque superficie y opciones tiene para ello. Esas cosas que hacen que esta ciudad no pierda del todo su encanto, o esos rincones, o sitios en los cuales son perfectos para encontrar tu paz, y hacer incluso en ocasiones las paces con la ciudad. Como redimirte y volver a formar parte de ella, igual que si volvieras a empezar de cero. Son lugares comunes para la mayoría de sus habitantes, como por ejemplo las islas al borde del río Odra, hasta las inmensas zonas verdes que destacan por esta ciudad, y sus amplios y grandes parques, o también esos espacios más íntimos, más personales, como pueda ser cualquier pub o restaurante que te ofrece la oportunidad de saborear la cerveza polaca, quizás una de las mejores del mundo, a la vez que disfrutar con tus amigos de una buena conversación y reírte por un rato de la vida y los infortunios de este mundo.


En definitiva Wroclaw es una ciudad que merece la pena visitarla, reconocerla e investigarla, tratarla, comunicarse con ella. Porque para empezar ella no te pondrá ningún tipo de impedimentos, es una ciudad dialogante, que pasito a pasito intenta volverse más abierta y romper lazos con ciertos conservadurismos, agradece ser visitada, que anden por sus viejos adoquines, y que la gente se contagie de su belleza en aquellos lugares donde más destaca. Una ciudad donde también te ofrece la oportunidad de quemar tus demonios particulares en su noche. Momento en el cual se transforma, y se vuelve picara, atractiva, contagiosa, seductiva, porque esta ciudad siempre intenta estar despierta, y casi siempre puedes encontrar un último garito donde quemar las penas o celebrar las alegrías.

Saludos y gracias

No hay comentarios:

Publicar un comentario