Como he dicho últimamente la mejor metáfora que he encontrado para describir mis últimos meses, ha sido que me encuentro atravesando un desierto peculiar. Un desierto porque vivo en mi mundo más que nunca, y no me entero de casi nada de lo que ocurre en el exterior. Un desierto porque vivo en el silencio, porque he dejado de lado mi blog y mi mejor medio por lo tanto para comunicarme con el exterior. Pero lo más importante de todo una travesía por el desierto lleno de oasis y cantos de sirena que me han hecho disfrutar como nunca de la vida.
Pero el caso es que esta semana algunos viajeros que de vez en cuando se cruzan conmigo en este peregrinaje especial por el desierto me han puesto al día de lo que pasa ahí fuera, ahí en ese gigantesco mundo que nos acoge a todos, a pesar de que algunos continúen empecinados en reventarlo y mandarlo todo a la mierda. Y estas son mis pequeñas conclusiones visto desde la lejanía de este desierto:
Me pone triste ver como mi país no es capaz de solventar el gran problema que tiene llamado CRISIS, y como nuestro actual presidente ha hecho aguas por todas partes y ahora mismo se esta ahogando dentro de sus propias contradicciones. Me da miedo pensar que la mayoría de españoles piensen que la solución a esto es que vuelva de nuevo el PP, no señores eso no es la solución, eso es el suicidio de un país. Mientras tanto en otra parte de Europa, Grecia paga de la manera más violenta las consecuencias de las mentiras de los gobiernos en teoría democráticos que atesoran los países desarrollados. Grecia quizás es el inicio para destapar esta gran farsa que nos gobierna a todos. Hasta el clima, hasta la madre naturaleza por primera vez manda serias señales de que necesitamos un cambio, de que este sistema se desmorona y necesitamos urgentemente un cambio de valores, un cambio de sistema. Y sino me creéis mirar al cielo, a la nube de ceniza del volcán, a los desastres naturales que en estos últimos meses se han dado por distintos puntos del planeta tierra, o al clima, triste, gris, que ya no quiere ni asomar la primavera. Porque a Gaia ya le hemos hecho tanto daño, que la probecita esta oculta llorando de tristeza por nuestros errores. Aun así, creo que después de este acercamiento hacía el posible caos absoluto, creo que después de esta fase de angustias y sufrimientos, y una vez nos demos cuenta de nuestros errores, nos renovaremos y saldremos hacía adelante. Porque otro mundo mejor es posible. Porque el fin del mundo no esta a la vuelta de la esquina. Porque la esperanza es lo último que se pierde.
Saludos y gracias
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