DESDE LAS ALTURAS



La ciudad vista desde aquí arriba nos condena, sabes perfectamente que lo que hacíamos no estaba bien, lo habíamos visto otras veces, en el 29, en el 97, nos sentíamos como niños construyendo un castillo de naipes. Pero esta vez se nos fue de las manos, se escapo de nuestro control, no supimos frenar las consecuencias de este maldito juego que pusimos en marcha. La verdad, si fuimos perfectamente conscientes de todo esto que iba a pasar, no nos merecemos el perdón. De ninguna manera.

Ahora nos iremos a nuestras casas, al fin y al cabo nosotros somos los que menos perdemos, mataremos nuestros pecados bebiendo algo de bourbon que tengamos guardado en el mueble bar para momentos especiales, creeremos descansar algo al quitarnos este traje, dejarlo guardado en el armario para el día siguiente, y continuaremos engañándonos a nosotros mismos, y tomando decisiones que arruinaran la vida de miles, incluso millones de personas que nos cuesta verlas a los ojos, porque no somos capaces de observar claramente por la mierda que están pasando.

Sabemos que somos responsables de una gran parte de lo que les sucede, pero desde la cúpula, desde el punto más alto de esta pirámide, unos pocos escalones más arriba de los que nos encontramos, allí donde muchos pensaran que tan solo habitan monstruos y fantasmas, nos llegará el discurso que este es el camino que tomamos, y el que hay que continuar si no queremos dejar de ser lo que somos, unos afortunados, privilegiados, elegidos, o cualquier otra concentración de palabras parecidas que nos mantenga ahí donde estamos ahora, y lo subrayaran de tal manera, para que nos quede marcado y no lo olvidemos, porque en el fondo nos da miedo perder lo que tenemos, y sabes lo que tenemos, nada. Eso es lo que verdaderamente tenemos, nada, porque lo que pudimos tener o ser lo perdimos hace mucho tiempo, demasiado, con nuestras malditas decisiones.

Esta ciudad es preciosa desde aquí arriba, siempre me enamoró, desde un principio supe que no la podría dejar, lo que jamás llegue a pensar, es que desde la azotea de uno de sus edificios más altos, me sentiría tan mal conmigo mismo, porque lo que hemos hecho ha sido estrangular al futuro.

Saludos y gracias

4 comentarios:

  1. Yo no creo que alguien así se llegue a recriminar nunca la situación de las personas afectadas por sus decisiones, pienso que para él no son más que cifras en un papel o soporte informático que se precie, vamos, no creo ni que llegue al estadio del planteamiento, mucho menos relacionar cifras con personas. Una vez guardado el traje en el armario para el día siguiente sólo se centra en el bourbon y no para matar pecados sino para deleitarse en esos pequeños placeres de la vida.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estoy totalmente de acuerdo contigo, no creo que nos vean más allá de números estadísticos, quizás la idea que tenía de ver cómo sería hipotéticamente si uno de ellos se parara a reflexionar por un momento todas las barbaridades que están haciendo no me salió como yo creía en un momento, y le tenía que haber dado otro enfoque.

      Un abrazo

      Eliminar
  2. No. Creo que eres un optimista empedernido y en los tiempos que corren, donde el flagelarse es la consigna a seguir, tu enfoque es de agradecer.
    Gracias.

    ResponderEliminar