ESTE MUNDO ANDA LOCO XXXIII PARTE: QUE PASA, QUE PASA

Ya era hora me digo a mí mismo, en mi particular soledad por arreglar mis frentes personales, mis dudas ya no sé si son existenciales o dejaron de serlo, mientras intento rescatar del suelo las migajas de lo que una vez fueron mis principios, mis ganas de luchar, levantarme y como han hecho desde el día quince de mayo miles de jóvenes decir basta.

Ya era hora me digo a mí mismo, mientras intento readaptarme en la búsqueda de un nuevo estilo, una nueva forma de ser, de encontrar en ellas, las palabras, la solución a mis conflictos personales, a decisiones que depende como las afronte crearan unos u otros pilares en un futuro que ya no sé que decir sobre él, sí, sigo creyendo en él, pero a veces agota, agota creer y ver que nada se transforma. Por eso entiendo a toda la gente que desde el día quince de mayo se tiraron a la calle en las diferentes ciudades españolas a decir basta, basta a todos los partidos políticos, al final se descubrió que detrás de su fachada todos son iguales, servidores de un sistema que aniquila, mata sueños, y te priva de poder disfrutar de la vida como nos merecemos.

Ya era hora me digo a mí mismo, mientras sé que me encantaría estar ahí, en la calle, porque como ellos yo también me siento estafado, indignado con esta realidad que nos impusieron, con esta sarta de mentiras, con este así no vamos a ninguna parte, que no hacen más que llevarnos en fila india al final de un precipicio cuya caída no tiene vuelta atrás si no paramos antes y rompemos esa maldita fila, esa maldita alienación que nos han metido a la fuerza como si se tratara de un código genético, que lleváramos dentro de nuestras entrañas para el resto de nuestros días.

Ya era hora me digo a mí mismo, mientras pienso que resolver las dudas de uno, el futuro incierto, salir de una vez por todas de esa línea estrecha, con poco margen, que es la incertidumbre, es más fácil si se hace en conjunto, porque la lucha solitaria agota, hace que sientas el cuerpo más pesado de lo normal, y cuesta cada vez más aprender a levantarse, por eso siempre pensé que es más fácil luchar en conjunto que hacer la guerra por tu cuenta.

Ya era hora me digo a mí mismo, mientras me pregunto cuando se darán cuenta aquí, en la otra parte de Europa, al este de este viejo continente que a lo largo de su historia se ha teñido de sangre, claroscuros, pero también de esperanzas, de sueños por un mundo mejor, es posible, siempre será posible, que también es hora de decir basta.

Ya era hora me digo a mí mismo, mientras me queda el recuerdo de tu pezón desnudo, mis labios buscándolo para no olvidarlo, mis manos entrelazadas entre las tuyas, y las ganas de conocerte una vez más por dentro y mirarte a los ojos sin decirte que te quiero porque no me hace falta. Quedarme abrazado a ti, porque tengo miedo de contarte lo que últimamente me pasa por la cabeza, ese miedo a no sé que pasara, a no sé que será de nosotros si la vida con sus palos de ciego me obliga a exiliarme de tu lado, y por eso a veces mis ojos son tan tristes, porque busco entre todos los rincones posibles el control de lo que está por venir, por suceder y a veces ese control, demasiadas veces siento que se escapa de mis manos, y eso me aterra. A veces pienso quizás ya es hora, de no dejarte que te vayas, de no permitir que un posible exilio forzado me separe de ti, quizás ya es hora de hacer un pequeño macuto, comprar un billete de tren sin destino concreto, subirnos en él y dejarnos llevar, juntos descubrir que pasa, que pasa.




P.D.: Desde aquí, desde la distancia, desde este pequeño rincón, me sumo también a esas luchas, a ese proyecto hermoso que comenzó su andadura el 15 de mayo ocupando las calles, tapándolas, y reclamando el protagonismo que se merecen, y diciendo basta, basta a tanta poca cordura.

Porque si al final no se les escucha como es debido, si no salen vencedores de esta andadura, quizás no queda más remedio que hacer reventar este maldito planeta en confeti.

Saludos y gracias

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